Artículo publicado en el programa de fiestas de 1998 con motivo del XXV Aniversario de la Asociación de Moros y Cristianos.

 
CRÓNICA DE UN PASADO RECIENTE

Aprovechando la oportunidad que se me brinda, junto con los demás Presidentes que ha tenido la Asociación, para expresar una opinión subjetiva sobre lo que para mí supuso estar como Presidente de la misma durante el período comprendido entre octubre-91 hasta diciembre-95, voy a intentar dar unas pinceladas sobre ello.

Como detalle previo es obligado decir cómo accedí al cargo. Recuerdo una tarde de septiembre de 1991 en la que mis amigos José María Guirao e Ismael Están me propusieron formar parte de una candidatura que se estaba confeccionando para las elecciones a Junta Directiva de la Asociación. Mi respuesta: «De acuerdo, pero con la condición de formar parte de ella como Vicepresidente». Motivo: con anterioridad ya había estado en otros colectivos y sabía del trabajo, a menudo ingrato, que conlleva estar en una directiva. Si lo haces a satisfacción del colectivo, es tu obligación; en caso contrario no te mandan a la hoguera, porque está prohibido, pero caso.

Ser Vicepresidente, en este o cualquier otro colectivo, supone no tener funciones ni responsabilidad directa si no quieres “mojarte”, y si quieres participar activamente tienes todo el campo que desees para actuar.

Así pensaba esa tarde de septiembre.

Unos días después volvieron a visitarme y me dijeron: «Manolo, la lista está confeccionada con los cargos de Vicepresidente, Secretario y Tesorero; falta el Presidente. Si no aceptas no se puede presentar la lista». (Faltaban menos de 48 horas para la finalización del plazo de admisión de candidaturas).

Quizás por la inercia del momento, o no sé por qué extraño motivo, acepté sin pensarlo y he aquí que el día 5 de octubre de 1991 se celebran las elecciones –yo aún albergaba la vana esperanza de que se presentara otra lista- y la única candidatura presentada era la nuestra, procediéndose a votar la misma.

Asistieron 26 asociados (cifra récord para este tipo de evento, ya que a la anterior elección sólo asistieron 9 asociados), la mayor parte amigos nuestros. La votación arrojó un resultado de 18 votos a favor, 4 en contra y 4 abstenciones. Y empezamos a funcionar.

Nos dio el traspaso de poderes el anterior Secretario, Eugenio Marco, que fue el que nos indicó y enseñó el funcionamiento interno de la Asociación y muy alegremente comenzamos a trabajar. Ninguno de nosotros teníamos idea de lo que había que hacer. Entramos, prácticamente, con una mano delante y otra detrás, como decimos por aquí.

Enseguida el primer y serio contratiempo. El vacío de poder existente desde la dimisión del anterior Presidente hasta nuestra toma de posesión, había originado que algunas comunicaciones oficiales no recibieran el curso correspondiente. Y así, a primeros de noviembre, llega a nuestro poder una comunicación de la Dirección General de Turismo, fechada a 30 de agosto, en la que nos informaban de la concesión de la subvención para ese año por importe de 600.000 ptas., indicándonos que para efectuar la correspondiente transferencia necesitaban urgentemente una fotocopia compulsada del C.I.F. de la Asociación.

Dicha comunicación había estado durmiendo tres meses en algún cajón. Las carreras a la Comunidad Autónoma no sirvieron de nada. La subvención se había perdido irremisiblemente por no haber podido entregar a tiempo la citada fotocopia.


«Los hijos nacen con un pan bajo el brazo», dice el viejo refrán; nosotros vimos la luz en la Asociación con una pérdida de 600.000 ptas. (casi una fortuna hace algo más de seis años para el presupuesto que manejábamos), y con el riesgo de perder la subvención para siempre.

Realizamos todas las gestiones posibles e inimaginables para que esto no sucediera. En este punto tengo que agradecer a José Antonio Blasco el interés demostrado y las gestiones efectuadas. Nos acompañó a una entrevista con el Director General de Turismo y, aunque ese año la subvención estaba definitivamente perdida, logró el compromiso de recuperarla para años sucesivos.

Económicamente salvamos el año gracias a la llegada de la subvención concedida por la confección del Estandarte o Banderín de la Asociación, por importe de 400.000 petas., subvención concedida justo es reconocerlo gracias a los buenos oficios y gestiones efectuadas meses antes por Gonzalo Blasco Rivera en su condición de diputado regional. Gracias Gonzalo, fuiste un gran amigo y un trabajador incansable en pro de la fiesta. Siempre te recordaremos.

En el esquema de Fiestas 1992 propuesto por nosotros, hubo una novedad. Por primera vez se realizó un Desfile Infantil; desfile que va tomando cada vez mayor fuerza  y empuje. Sinceramente, y sin pecar de falsa modestia, creo que fue un gran acierto. Aunque ese día salen también los grupos de las Reinas, ya va siendo hora que los alevines de la Asociación sean los únicos protagonistas durante su desfile. Chavales/as, debo deciros que se me caía la baba al veros desfilar. Muchos de nosotros, los mayores, deberíamos tomar ejemplo de vuestra actuación.

En ese mismo esquema de Fiestas propuesto por la Directiva (no hubo más propuestas por parte de los grupos), no se contempló dar cobertura al acto que hasta entonces se denominaba “Pregón Satírico”. Mucho se habló y mucha agua ha corrido desde entonces (espero que ya haya parado la riada). Sólo hubo un motivo: creía, y creo firmemente, que la Asociación ni puede ni debe inmiscuirse en temas que le son ajenos a sus fines; para eso hay otros colectivos y otros foros donde se dilucidan.

A finales del verano de ese año 1992, nuestro Tesorero, Gaby, fue destinado a Mallorca a ejercer su actividad profesional. Recuerdo que cuando me lo comunicó me dijo que esperaba regresar pronto y que cada vez que viniera de vacaciones contara con él para lo que fuera menester. Su cargo quedó vacante y no propuse a nadie para cubrirlo. Tiempo después ocurrió el fatal e inesperado desenlace.

Para todos fue un ejemplo. Su labor, desinteresada para cualquiera que se lo pidiese. Su amistad, sincera. Su risa, franca y alegre. Siempre tenía una palabra amable y no pocas veces su intervención, en temas que a los demás nos ponían con los ánimos encrespados, era como derramar una capa de aceite sobre nosotros, consiguiendo serenar los ánimos.


Gracias Gaby nunca te olvidaré.

En las Fiestas de 1993 la lluvia se empeñó en acompañarnos, desluciendo el desfile que no a los participantes, los cuales dieron una lección de pundonor festero. Bravo por ellos.

En el lado negativo, quiero recordarlo para que no vuelva a repetirse no hubo más remedio que aplicar una dura sanción (un año sin poder participar en actos festeros) a los Mudéjares del Zurka por el comportamiento irresponsable de algunos de sus miembros durante el desfile. Este obligado parón les ha hecho retomar la Fiesta con nuevos aires, participando en los últimos años en todos los actos festeros con un orden y  disciplina digna de todo encomio. Continuad en esa línea.


En el año 1994, concretamente el 5 de febrero, hay que destacar el estreno de la actual sede de la Asociación, sita en el edificio de La Encomienda, gracias a la generosidad de nuestro Ayuntamiento, y en particular –todo hay que decirlo- a D. Fernando Molina Parra, Alcalde en su momento. Gracias Fernando, por tu ayuda y desinteresada colaboración con esta Asociación durante mi mandato.

Ese mismo año se aprobó mi propuesta de subir por La Lonja en el Desfile del 1 de Mayo; propuesta que hice mía a petición de los vecinos de esa parte del pueblo.

También en el año 1994 la Comunidad Autónoma suprimió el capítulo de subvenciones. Es justo recordar que el Ayuntamiento suplió, mediante la entrega de una cantidad en metálico, esa falta.

En 1995, mi último año como Presidente, quiero destacar la creación del Premio «Pascual Lozano» al Mejor Acompañamiento Musical, como homenaje a quien tantos ratos agradables nos hizo pasar con su música. Asimismo, a finales de mayo una representación de la Asociación estuvimos presentes en la ciudad francesa de Villeurbanne, participando en un acto festero-cultural con la Casa Regional de Murcia. Dicha experiencia no se ha vuelto a repetir; creo que debería trabajarse en ello. No olvidemos a nuestros queridos paisanos que aún se encuentran allí.

Por lo demás, se volvió a conseguir la subvención de la Dirección General de Turismo y se abrieron puertas para una mayor colaboración entre el citado organismo y nuestra Asociación.

Mis conclusiones de estos cuatro años, entre otras cosas, me llevan a decir que la actitud de los asociados no ha cambiado sustancialmente. Los grupos suelen pensar y actuar en el apartado que les toca. Sólo se involucran en el contexto general de la Fiesta cuando tienen Reina.

Los vocales de los grupos ante la Junta Central sólo en rarísimas ocasiones han llevado propuestas en forma y debidamente razonadas. La Junta Directiva de la Asociación siempre ha asumido el papel de “llevar la voz cantante” en el sentido de aportar propuestas para su estudio y debate ante la Junta Central”.

Todos deberíamos implicarnos más en el sentido AMPLIO y GENERAL de nuestra FIESTA. Es misión de todos y cada uno de nosotros, no responsabilidad única de la Directiva de la Asociación.

En este sentido debo manifestar que aunque en nuestros Estatutos se contempla la Fiesta de Moros y Cristianos como una parte integrada dentro de las Fiestas Patronales y, por ende, engarzados a los actos de la Hermandad, el resultado actual de nuestra Fiesta, tanto en mis años de Presidente, como en los anteriores que conozco (en 1978 ya estaba en la Junta Central como vocal de mi grupo) no se ha visto nunca que la Hermandad haya tenido interés en encuadrarnos dentro de la misma, recuperando la tradición perdida.

Creo que a estas alturas habría que plantearse si, como rezan los Estatutos, nuestros actos deben ir encaminados a recuperar actos tradicionales que se celebraban, creo, hasta 1947.

Por último, quiero significar que si pude llevar este barco a buen puerto (según criterios) fue por la ayuda y colaboración de diversas personas. A unas ya he citado; otras fueron distinguidos con Títulos Honoríficos y constan en las actas. Pero sería ingratitud por mi parte no mencionar a D. Arsenio Pacheco Atienza, entre otros, guía que me condujo por los laberintos de la Administración Autonómica y pieza fundamental en la recuperación, mantenimiento y aumento de la subvención, entre numerosísimas gestiones de toda índole que tuvo con mi persona. Gracias Arsenio, espero que algún día se te reconozca oficialmente tu valiosísima colaboración con la Asociación.

(Nota: Arsenio Pacheco fue distinguido en 2002 con la insignia de oro de la Federación).

Y finalizo con la siguiente consideración: La Fiesta de Moros y Cristianos, y en particular el Desfile del 1 de Mayo, ha sobrepasado el propio motivo por el que se creó; puedo afirmar, sin temor a errar, que gracias al Desfile, nuestro pueblo ha alcanzado una proyección exterior que antes no tenía, y si por algo se nos conoce fuera de Abanilla es por la Fiesta de Moros y Cristianos.

Seamos dignos de tal misión y estemos a la altura de las circunstancias.

Manuel Ramón Salar
Presidente Octubre-91 /Diciembre-95