Artículo publicado en el programa de fiestas de 1998 con motivo del XXV Aniversario de la Asociación de Moros y Cristianos.

¡A POR LOS CINCUENTA AÑOS!

Recojo el reto que el actual Presidente de la Asociación Ismael Están lanzaba en el programa de Fiestas del año pasado y aunque no considero fácil la tarea, ya que los recuerdos y vivencias se agolpan sin orden ni concierto, intentaré ordenarlos y exponerlos, no pensando en tiempo pasado, sino en las bodas de oro de nuestra Asociación.

Verdaderamente, e Ismael lo sabe, la celebración de los 25 años siempre fue una obsesión para aquel pequeño grupo de hombres y mujeres que comenzó esta andadura y para darse cuenta de ello, basta pegar un pequeño repaso por los distintos Programas de Fiestas y leer artículos de Gabriel, Eugenio o míos y percatarse que siempre estábamos pensando en la consolidación y futuro de la Asociación, que no se tomara a la misma como un proyecto de gente joven, -entonces lo éramos- y poco responsables, que no aguantaría cuando esos jóvenes se transformaran en “señores maduros”.

Incluso, a nivel más íntimo, había otra idea que me obsesionaba: que no nos sucediera lo de la Hermandad de la Santa Cruz, cuyos orígenes se pierden en la noche de los tiempos y para cualquier estudioso del tema, Eugenio Marco, José Antonio Blasco, Ginés Rivera y otros muchos, les resulta hoy dificultoso buscar en su pasado.

Por ello, siempre he tenido la idea de que la mejor forma de celebración de nuestros primeros 25 años sería la edición de un libro que recogiera este pequeño trozo de historia. Todavía guardo las cartas manuscritas dirigidas a aquéllos que consideraba necesaria su participación para esta efeméride: Alcaldes, comenzando por D. Antonio Pacheco, de quien me alegro que nuestra Asociación le haya reconocido ya su aportación a la Fiesta; Presidentes de la Hermandad, comenzando por don Francisco Rivera, en cuyo mandato se aprobó la primera y única ayuda en metálico para la Asociación -30.000 ptas., según los datos de Gabriel Esteve-; Presidentes de la Gestora y de la Asociación y Presidentes de las Kábilas y Mesnadas, tanto actuales como desaparecidas: Inquisición y Sarracenos.

Creo que es un proyecto ambicioso e interesante para que con toda la documentación recibida, alguno de los múltiples universitarios con los que el pueblo cuenta, becado por la Asociación, la ordenara y planificara.

Como mi apuesta es de futuro y no de
pasado, quiero aprovechar esta oportunidad para exponer dos ideas que estimo,
que cuando menos, es preciso analizar y debatir con la seriedad a la que
estamos acostumbrados.

Para la primera de ellas, DESFILAR SUBIENDO o BAJANDO, es necesario acudir a los orígenes de la Fiesta. Nuestras primeras apariciones, después de la inestimable ayuda de nuestros amigos de Sax y Castalla, fue sirviendo de relleno a un desfile estructurado de carrozas, normalmente tres, cuya salida era del antiguo edificio de la Cooperativa, esperando los Grupos Moros y Cristianos en la Gasolinera, porque había Bar, para incorporarnos entre unas y otras.

Conforme vamos creciendo y por dos motivos fundamentales, cambiamos la salida: desaparecen las carrozas y durante un tiempo el Bar de la Gasolinera permanece cerrado. Recuerdo que ya entonces hubo un conato de debate entre la posibilidad de bajar desde la Lonja, pero se impuso la argumentación de que no había “Bar” y la espera de la salida se podía hacer muy tediosa, eligiéndose por consiguiente “Las Escuelas”, ya que se contaba con el Bar del Hogar del Pensionista.

En la actualidad, al margen de que esa argumentación no se sostiene, creo que hay razones de peso para considerar la alternativa de la BAJADA:

Primero.- No creo que nadie de los que hoy desfile considere imprescindible tener un Bar en la salida, pero si ello fuera así, la Lonja tiene dos y desde donde salimos ninguno.

Segundo.- Cualquiera que haya visitado pueblos con Fiestas de Moros y Cristianos con orografía de calles parecida a la nuestra, habrá comprobado que siempre se baja, nunca se sube.

Tercero.- Corroborando lo anterior, existe una colección de Música Festera cuyo título es «Ya bajan» (Ja baixen).

Cuarto.- Dado el volumen de participantes, y mientras el desfile sea conjunto, el BAJAR desde la Lonja, calle Mayor, Plaza del Ayuntamiento, Salzillo, hasta el cruce de carreteras de Murcia y Orihuela, paliaría mucho el tiempo para los sufridos espectadores que nos animan y que se concentran en esos tramos.

No olvidemos que todo el trazo de la carretera de Murcia se expleaba entonces para “entrar en calor” y llegar en forma a la puerta de Claude. Hoy con la experiencia adquirida, sobra.

Quinto.- Por supuesto que no olvido las fieles familias que han contemplado siempre nuestra bajada por la calle de la Reina, pero ellas sobre todo saben bien que, después del “impasse” de la espalda del Cuartel, es un querer y no poder, máxime cuando la finalización de la Placeta se convierte en una odisea con tanto coche.

Sexto.- Considero que con una buena organización en la Plaza del Ayuntamiento, con unas Tribunas, a efectos de mayor cabida, orientadas hacia la calle Mayor, LA BAJADA podría ser espectacular.

La segunda idea que quiero exponer, aún a sabiendas de utópica y polémica es la siguiente: cuando se analiza la Fiesta de Moros y Cristianos, existe en todas, salvo muy contadas excepciones, un nexo común: EL HECHO RELIGIOSO, que trascendiendo de lo espiritual se arraiga en las entrañas de un pueblo, y eso los abanilleros lo sabemos bien, pero qué tiene Abanilla que la hace distinta del resto de pueblos donde se celebra LA FIESTA?. Pues que somos los únicos en donde existen tres organizaciones: Ayuntamiento, Hermandad y Asociación de Moros y Cristianos que deben coordinar las fiestas, ya que en el resto de pueblos son dos.

Y este sistema que no tiene por qué ser malo, no deja de sorprender al foráneo, máxime cuando, como escribía en un programa de Fiestas, hace ya años, si salen los Capitanes no sale la tropa y si sale la tropa no salen los Capitanes.

Ni mucho menos está en mi ánimo cambiar costumbres o tradición, pero sí que se impone una colaboración más estrecha entre la Asociación y la Hermandad de la Santa Cruz, ya que con distintas vertientes, el FIN de ambas Organizaciones es el mismo.

Ya redactados los Estatutos de la Asociación, previmos esa colaboración, y como vocales natos en la Junta Central existe un representante de la Hermandad y otro del Ayuntamiento y verdaderamente el sistema ha funcionado, pero creo que es hora de dar algún paso más.

No es que pretenda que copiemos e modelo de Caravaca, quizá el pueblo que más se nos asemeja, en donde al margen del Ayuntamiento el Ente Festero es la Cofradía de la Santísima Vera Cruz, de donde parten dos brazos, llamémosles “seculares” que se encargan de la organización de los Moros y Cristianos y de los Caballos del Vino, pero sí que nos puede dar idea de que esta colaboración se puede estrechar.

Por supuesto que estas ilusiones íntimas expuestas, no hacen olvidar a uno las penas y alegrías que han acontecido en estos 25 años y que podrán ser objeto de repaso si la Asociación aborda el proyecto que al principio indicaba, pero como la vida es efímera y la memoria mucho más, no puedo terminar este escrito sin volver a recordar a una persona sin la cual, por lo menos la Asociación no se encontraría en la situación actual.

Pienso que todo abanillero tiene una obligación innata de hacer lo que esté en su mano para un mejor y mayor desarrollo de su pueblo. Igualmente, todo político que se precie debe intentar favorecer al máximo su pueblo o Comunidad, pero que alguien que no nació en Abanilla, aunque es hijo adoptivo a solicitud de la Asociación, y que no es político, dicho sea en su esfera profesional, confiara en el incipiente proyecto de unos jóvenes ilusionados es digno de toda loa y agradecimiento.

Cómo no, me estoy refiriendo a D. JOSÉ PARDO OREA, que, desde Barcelona, en aquellos años claves del ser o no ser de la Asociación, con su ayuda en la elaboración de Carteles y Programas de Fiestas, nos consiguió la inyección necesaria para la consolidación del proyecto.

Y visto desde la distancia, a alguien le puede parecer exagerado, pero los que vivieron aquellos momentos, en los que la ayuda municipal era imposible y la autonómica también, ya que no existía la Comunidad Autónoma y las Fiestas todavía no se habían declarado de interés regional, saben que no exagero, y aunque siempre desde la Asociación se ha hecho todo lo posible por intentar demostrarle ese agradecimiento, me atrevo a proponer que, si se hiciera realidad el proyecto sobre la publicación de los 25 años, llevara como subtítulo «Homenaje de la Asociación de Moros y Cristianos Santa Cruz a D. JOSÉ PARDO OREA».
Todo lo expuesto hasta ahora no serviría de nada si no tuviéramos siempre presente cuál es el FIN principal de la Asociación de Moros y Cristianos Santa Cruz de Abanilla: la honra y veneración de su Excelsa Patrona LA SANTA CRUZ, intentando conseguir todo aquello que realce su FIESTA.
Con este ánimo es con el que me he atrevido a exponer estas ideas en el pleno convencimiento de que cuando celebremos las “BODAS DE ORO” habremos seguido avanzando y profundizando en nuestras tradiciones tanto o más que en estas “BODAS DE PLATA”.

Desde Alicante para Abanilla, Mayo
1998.

Ramón Rocamora Jover